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divendres, 8 d’abril del 2011

North Hills

La inspiración con Dawes

Supongo que nos pasa a todos. Sucede que en algún momento del día, de la semana, del mes, quién sabe, necesitamos refugiarnos más de la cuenta en un disco o en una canción. Necesitamos creer que ese espacio, ese sonido, nos pertenece y nadie puede entrar a estropearlo. No hay jefes, no hay aplastante rutina, no hay muros de carga, no hay largas distancias insalvables, simplemente hay música. Es nuestro momento. Allí, en esos acordes, las cosas adquieren la dimensión exacta. Cierto, es imaginario, pero hay contacto humano.
Es como suena. Qué daría el autor de esta ruta musical por que el jefe de turno, por ejemplo, o el antipático desconocido, supiese detenerse, apreciar y sacar algún propósito humano de interés, de admiración para el otro, al escuchar un disco como North Hills, de Dawes.
Soy de los que piensan y creen que la buena música te aporta algo. En pocas palabras, te hace mejor persona en tanto en cuanto te da la posibilidad de medir sensibilidades y saber sacar lo mejor de ti, que luego se transmite a otros. Pero no siempre sucede, qué duda cabe. Seguramente ni con uno mismo.
Los 11 cortes de North Hills son en conjunto un emotivo designio para ser mejor persona en este mundo de prisas y falta de comunicación. Un álbum que se detiene en el tiempo y te hace viajar por los recovecos personales que tejen tu espíritu. Un trabajo extraordinario, relajante, íntimo, sin clichés ni corrientes a las que subirse ni bajarse. Un disco, en definitiva, embellecedor.
La carátula del álbum es sugerente. Cuatro chicos dibujados a carboncillo, en pleno color sepia, como despreocupados de lo que acontece en un planeta estresado por defecto. Es una estampa que no admite alteraciones. En el interior del plástico, canciones hechizantes, folk-rock de vieja escuela pero con absoluto sabor contemporáneo, en la línea de Fleet Foxes, Band of Horses o The Duke and The King. Banda oriunda de California, Dawes planea por The Byrds o Flying Burrito Brothers. Canciones que inspiran paisajes naturales y horizontes con puestas de sol en plena carretera solitaria.
Desde enero, me sumerjo en la música de Dawes, una y otra vez. Por ahora, uno de los grandes discos del año. Y tras la última escucha, si me preguntan, lo tengo claro: la música puede ser un mero pasatiempo para el coche o el hilo de fondo de la vida, o puede ser mucho más, puede ser, como yo lo siento, inspiración, energía, en fin, lo que tú quieres que sea para ti y para la gente que te rodea.

Escrito por fernando-navarro.
Este disc me'l passa Folky fa temps,ara l'he repescat i m'agradaria compartir-lo (to share) amb vosaltres. (clik al títol)

1 comentari:

ivaxavi ha dit...

Primera esolta: Bo!
L'escoltaré més vegades, està bé.